domingo, 18 de septiembre de 2011

El oso no llego nunca a extinguirse del Val d'Aran

El oso no llego nunca a extinguirse del Val d'Aran. Ese es al menos el convencimiento de un amante del oso pardo que tuvo la suerte de poder conocer de primera mano testimonios de los ultimos encuentros con osos autóctonos de todo el Pirineo central.

Os dejo ya con su testimonio, que quizás nos suscite más interrogantes que respuestas, pero así es la historia del oso pardo en el Pirineo, siempre envuelta en un alo de misterio.


Sí, es cierto. 1991 fué el año "oficial" de extinción de la población central. Pero debido a una serie de sucesos que ahora te expondré, siempre he tenido el convencimiento de que eso no fué así.

En Septiembre del 2005, me dirigí a Depana para tratar de encontrar respuestas a los encuentros e historias que había recabado. Respuestas a qué había sucedido con los últimos ejemplares de oso pardo "no oficiales", esos que todos intuíamos que quedaron tras la muerte a principios de 1990 del ejemplar del bosque de Sapertega, en l'Artiga de Lin (Valle de Arán). Veintiún años después, tengo el pleno convencimiento de que no fué el último, ni mucho menos. Una tarde concertamos una reunión y ahora paso a exponer lo allí comentado.

Todo empezó en 1987. Yo era estudiante de Biología, (carrera que no acabé) y en mi facultad se montó una exposición sobre los últimos osos que quedaban en el Pirineo. Fotos, historia, indicios, etc. Todo aquello me llamó poderosamente la atención respecto de un animal que yo ya creía extinguido.

Pero el detonante definitivo vino en el verano de 1990. Me encontraba veranerando en Espot, localidad del Pallars Sobirà (Lleida) donde me crié de pequeño. Allí todos conocemos a los furtivos habituales de la región. Y ese verano, toda la comarca estuvo infestada de comentarios acerca de uno de esos personajes, el cual acompañó a unos "clientes" de Madrid a cazar rebecos.

El tema vino en que en el descenso de la montaña donde estuvieron apostados una noche, este individuo se topó de frente con un oso, al cual liquidó de manera inmediata. Desconozco más detalles, pero en la comarca estos comentarios no son baladí, y creo firmemente en que esto ocurrió a ciencia cierta. El lugar "de autos" fué en el valle de Gerber, muy cerca de la Mata de Valéncia, a dos pasos del puerto de la Bonaigua.

Ello provocó que me volviera extremadamente curioso, dedicándome a preguntar e indagar todo lo que pudiese hacer referencia al oso pardo. El hecho de disponer de coche y tiempo para estar moviéndome por todo el Pirineo me ayudó mucho. Y pude recoger algunas experiencias más, las que hicieron crecer en mi la idea de que el oso jamás llegó a extinguirse, aunque creo que ya es tarde para saber qué acabó pasando en realidad...

Julio de 1991: Bosque del Portillón de Bossost, Valle de Arán. Me topo con un lugareño, el cual, tras una larga charla sentados en unos troncos caídos, me suelta que si "tratamos de verlo, no lo lograremos, pues es muy huidizo". Tras preguntar de qué me está hablando, me suelta, con total tranquilidad, que "del oso, claro". Ante mi extrañeza, me explica que no se lo quiere contar a nadie, pues lo acabarían viniendo a matar, y que no confía ni siquiera en los guardas forestales. Sólo un puñado de sus amigos saben por donde se mueve este ejemplar, y tras largas suposiciones deduzco que tiene un territorio transfronterizo entre Bagneres de Luchon y el Valle de Arán. Pero sólo es una suposición.

La gran cantidad de detalles que me explica este hombre no me permiten pensar en una fantasía. Yo creo que este hombre verdaderamente decía la verdad.

Octubre de 1991: Valéncia de Áneu, Pallars Sobirá. Un señor de Barcelona, de 72 años, amante de las setas, se hospeda en un hotel de esta localidad. Amigo de mi familia de toda la vida, es de los que se guardan los secretos del bosque, con tal de que nadie descubra sus "plantaciones particulares", como él las llama, de los cotizados nízcalos. Pero un día que le comento de ir juntos a buscar setas, me explica que no cree que vuelva a ir a la Mata de Valéncia, donde solía ir, por que cree que "una bestia enorme" se mueve por allí, y tiene miedo.

A trancas y barrancas consigo arrancarlo de la mesa del bar del hotel y hago que me acompañe hasta la zona. Allí, sin reparo alguno, me muestra dos enormes piedras volteadas, que te aseguro que dos hombres adultos no podrían siquiera mover. El y yo creemos que eso lo ha hecho un oso, pero me comenta que unos forestales a los que les explicó lo sucedido, simplemente le dijeron que estaban al corriente y que no se preocupase, que "los osos no se comen a las personas".

Marzo de 1993: Estoy en Canillo (Andorra) tomando café en un pequeño bar. No hay mucha nieve para la época en que estamos. A media mañana entra un esquiador, un hombre de Madrid, que viene de hacer la travesía Plateau de Beille - Vall d'Incles, y lo primero que suelta es que no comprende por qué se dice que el oso se extinguió, si él acaba de ver uno en el lago de Fontargent (Andorra) el cual subía hacia Francia para pasar el puerto homónimo, mientras él descendía con los esquís por la vertiente de enfrente. Le comento que haga extensivo el hecho al cuerpo de Banders (rurales) del país.

Al día siguiente observo a un vehículo de estos agentes remontar por la zona donde el esquiador les explicó que había pasado. Esperé hasta la tarde para encontrarme con ellos, a pié de vehículo, y tras unas palabras de persuasión, logro la "perla" del día. Efectivamente, el esquiador no miente. Han encontrado un rastro en la nieve perteneciente, sin dudas, a un ejemplar de oso pardo que parece de dimensiones medias (pié de 94 milímetros). Y la verdad sea dicha, no parecen sorprendidos. Uno de ellos llega a insinuar que por la zona del pico de la Font Blanca, también limítrofe con Francia, encontraron huellas de otro tamaño dos semanas antes... Y hasta aquí consigo saber.

Junio de 1994: Un pescador de truchas que se mueve por la zona aguas arriba de Montgarri, ya en el Valle de Arán. Al ir solo y en silencio, con ropa tipo "camuflaje", no es la primera vez que se acerca a algún animal sin que éste repare en su presencia. Y eso le sucede a un conocido mío, un hombre de Esterri d'Áneu que al dar la vuelta a un gran tronco, ve como una bestia parda arranca con gran estrépito en dirección norte, alejándose del río y buscando el abrigo del bosque. Me lo comenta al mes siguiente,y dice (lo entiendo) que no quiere comentar más el tema, pues en el pueblo le toman por loco (excepto, una vez más, los guardas forestales). Le creo, pues es una persona de buen juicio y perfecto conocedor de todos los animales que se mueven por el monte.

Septiembre de 1995: Quedo con unos amigos para ir a buscar nízcalos. Nuestra área de actuación será la zona de Marimanha, a caballo entre el Pallars i el valle de Arán. Pero una indisposición no me permite ir. Finalmente, quedamos en Esterri d'Áneu, en una cafetería, para encontrarnos por la tarde-noche y comentar cómo ha ido. A la hora de la vuelta, mis tres amigos vienen sobreexcitados, con ganas locas de sentarnos en un rincón y explicarme lo ocurrido.

A media tarde, en la zona conocida como pista de la Mina, se han cruzado con una hembra de oso pardo y dos cachorros, parece que de segundo año. Ante mi incredulidad, me dan todo lujo de detalles y aspectos que corroboran lo que me cuentan. Sabedores de mi interés por el tema, han contactado con otra persona que corrobora la historia ya que explica que unos días atrás, en una zona cercana, (la pica de Airoto), también vió, junto a su mujer y sus hijos, los mismos animales.

Los forestales le dijeron que imposible, que no quedaban osos por allí, excepto uno de ellos, que "of the record", le explicó que él mismo también los había visto, que tenía incluso controlada a la hembra desde 1993, año en que también la había visto con otros dos oseznos de segundo año...

Comprenderás que aluciné como en mi vida hubiese imaginado que me pasaría, pues si una hembra queda preñada dos veces, no será por obra del Espíritu Santo, la verdad. Cuántas veces he lamentado y lamentaré no haber podido ir aquél dia a buscar setas...

Bueno, hasta aquí llego. Mi ansia por encontrar respuestas ya se ha calmado, pues soy consciente que ha pasado mucho tiempo, y es difícil lograr encontrar rastros genéticos "pirenaicos" en los osos que ahora pueblan esas montañas. Pero siempre me quedará la duda...


Jordi Musardó

10 comentarios:

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada. Me parece todo perfectamente creíble.

Anónimo dijo...

Por supuesto que es creíble...En unos territorios tan extensos y abruptos es perfectamente factible que una pequeña población pueda pasar desapercibida, igual que en territorios como los situados en el suroeste de León, N de Zamora,...donde se han mantenido hasta nuestros días, eso sí, con visitas esperádicas de otros ejemplares...
Un saludo desde el Bierzo.
Miguel.

Chucho dijo...

La entrada rezuma por los cuatro costados el amor que todos los conservacionistas sentimos por esta especie que es el emblema de la lucha contra la extinción del rey de los mamíferos pirenaicos. Contagia de su alegría y su esperanza, felicidades!
Por cierto como ya hablamos anteriormente con Mevdev no resulta improbable que en tantos km2de montañas y valles abruptos algunos densamente forestados, algún ejemplar escape del control, son nuestros "fantasmas". De hecho en los censos hay ejemplares contabilizados que no se localizan y en cambio a lo mejor se encuentran rastros de genotipos nuevos.
La mayor y mejor noticia que podríamos tener es que el ADN pirenaico aún perdurara por nuestras tierras. En mi Jacetania natal siempre hubo la duplicidad Camille/Aspe-Ouest, a veces era un ejemplar con distinto nombre y a veces se contemplaban dos ejemplares distintos, mientras se cotejaban rastros siempre existió la velada sombra de ejemplares "fantasma". Esto mismo ha sucedido esta primavera en la Ribagorza aragonesa dónde además de Sarousse, se ha especulado continuamente con la presencia de otro ejemplar "no ubicado", lo normal es que fuera un ejemplar de origen esloveno del vecino Arán, pero en Benás/Benasque como podrá corroborar otro asiduo forero (Maladeta,XD)ha sido , es y será la otra gran cuna de osos aragoneses junto a la Jacetania, y quién sabe igual alguno de esos "fantasmas" también sobrevivió en estas montañas que recordemos mugan con la vertiente aranesa. Ojalá...

Pedro dijo...

Los avistamientos que comenta Jordi son perfectamente posibles pero hoy son ya por desgracia irrelevantes. la introducción de osos eslovenos ha contaminado esa población autóctona y el problema ya no tiene solución. Ahora se plantean enviar osos desde la cordillera cantábrica, aunque yo creo que sería mejor llevarlos desde Cabárceno. De haber habido una población autóctona hoy, se deberían llevar osos cantábricos.Con lo que hay o recogemos todos los osos eslovenos y los llevamos a un zoo e introducimos osos cantábricos o dejamos las cosas como están. Lo relevante de la noticia - y estoy totalmente de acuerdo con Miguel - es que hay lugares donde hoy hay osos - y osas- y pasan totalmente desapercibidos, como al sur de la A-6. Del mismo modo pienso que hay osas en la montaña de Riaño que están pariendo cada dos años y que no son registradas. Eso también ocurre en amplias zonas del occidente asturiano y probablemente en Redes, aunque hay a quien no le interesa que se sepa y puede ser que sea lo mejor.

Medved dijo...

Esta claro que es plausible que unos pocos ejemplares se escaparan de los censos oficiales (inexistentes practicamente a nivel oficial).

De cualquier manera si que me gustaría apuntar que no es tan descabellado que una persona confunda a un oso con un jabali. Ejemplo de ello es la hembra con dos oseznos que se supone que se vio en el Cadi. Luego quedo desmentido...

A lo que más valor le doy sin duda es a los testimonios de guardas que ven rastros en nieve o a una persona que dice tener controlada a una hembra con dos camadas consecutivas. Eso si que empieza a tener mas peso sin lugar a dudas.

En cuanto a lo que comenta Pedro, he de decir que en esta ocasion no estoy de acuerdo con el en lo que concierne a la genética. Los últimos estudios indican que no hay diferencia genética entre el refugio ibérico, balcánico o la linea oriental. Todos son la misma subespecie ya que no han estado separados el suficiente tiempo como para considerarlos unidades de gestion separadas.

Vamos, que no pasa nada porque se mezclen. Y a decir verdad en Escandinavia ya se han mezclado de forma natural.

Eso no quita que habría sido un puntazo poder haber contado con genética ancestral de los osos autóctonos. Una pena... Pero siempre nos quedara la duda...

Saludos!

Jordi Musardó dijo...

Por cierto, en el texto se me escapó un detalle. La persona que acompañaba a mis amigos y que vió la hembra con los dos cachorros de segundo año en Septiembre de 1995, ( junto a su mujer e hijos ), además de ser un montañero experimentado, los vió ponerse de pié durante unos momentos, para luego volver a desplazarse a cuatro patas, con lo que la posibilidad de confusión con otro animal ya se descarta. Ademas, la zona referida ( pica de Airoto ), es una montaña completamente "pelada" de árboles en su parte alta.

Inazio Pardinilla dijo...

Como por desgracia hace ya mucho tiempo de ello, os voy a dar un dato con detalles muy relevantes. Finales de octubre de 2002, entorno de las Bordas de Labati, Lizara , Bal d'Aragüés del Puerto. Subíamos tres personas por las primeras nieves otoñales atravesando un viejo abetar con objeto de fotografiar unos corzos que con frecuencia avistábamos cerca de los prados. Todos teníamos el culo pelado de andar monte, uno guarda forestal en las Cinco Villas, otro técnico de extinción de incendios y yo (biólogo). Para nuestra desagradable sorpresa además de un tiempo horrible nos encontramos una jabalina muerta con signos claros de disparos. Nada raro en fechas de caza mayor en una zona poblada de gran número de jabalíes y dónde imaginamos se harían batidas. Lo extraordinario era que alrededor de la carroña gracias a la nieve pudimos apreciar claros rastros de oportunistas que ya habían venido a tomar su parte. Las huellas más diéfanas eran claramente de un plantígrado grande. Y todos como locos pensando ya en uno de los últimos osos pirenaicos o alguno de los recién reintroducidos. A partir de la euforia especulativa,montamos un hide, lo preparamos todo a conciencia y nos relamíamos pensando en las fotos. Hicimos turnos de muchas horas durante unos cuantos días y guardamos un silencio sepulcral, nada de información hasta confirmar, ni siquiera los rastros. Era para Todos los Santos cuando en medio de una nevada atroz subiendo de madrugada (lo de quedarse ahí toda lo noche se quedó en un buen propósito)con mi amigo Fer vimos que la carroña había sido prácticamente devorada y una parte descoyuntada y arrastrada. Seguimos el sucio rastro como pudimos entre barro, nieve recién caída y pinaza, pero al poco perdimos la esperanza entre impenetrables matas de tejos y bojes. Desanimados y chipiados nos volvimos a Ansó a currar y me acordaré de ese día para muchos años, porque se nos olvidó el trípode y un termo en el hide, de camino a Ansó nos salimos con el coche por la nieve y me partí una costilla. Al día siguiente yo estaba en el hospital de Jaca y mis dos amigos se subieron a Aragüés a recoger el material olvidado y a hacer unas fotos de la bonita nevada
y lo que se encontraron es un hermoso cánido de ojos ambarinos que salió pitando a corta distancia. No era un perro...cuando nuestro colega el forestal habló con sus compañeros de todo el suceso, la cosa se enrevesó.La política aragonesa "no oficial" sobre el lobo en la Jacetania había arrojado varios ejemplares abatidos en batidas para perros asilvestrados en Berdún y Luesia. Lo que mis amigos vieron no existió y actualmente "tampoco existe". El oso que dejó el primer rastro hoy tampoco existe, pero quién sabe...a mí me queda el recuerdo y una costilla que duele antes de cambiar el tiempo.

Chucho dijo...

Inazio, yo también conocí a Fernando y recuerdo que me contó hace tiempo ese suceso, era una gran persona (sip).
Lo del oso no fué tan extraño pues a la parte alta de Aragüés y Aísa se desplazaban nuestros osos del núcleo occidental, pero creo que desde el 2006 ya no se tiene ninguna constancia de su presencia.
El lobo, pues eso... que "no existe", ni ese ni los del otro lado del Somport, ni los de la canal de Berdún, ni los de los pinares de Santa Bárbara, ni los del pirineo catalán... Ah!no, que los del pirineo catalán ya existen. Si es que los catalanes se nos adelantan en todo,XD.
Por cierto Jordi, ahora quizá me explico porqué los franceses eligieron esa zona para iniciar la reintroducción quizá ellos también sabían algo. Ojalá ese ADN haya perdurado aunque sea mezclado con suerte alguno de esos osos está ya disimulado con sus primos eslovenos y nos saldrá su genotipo.

Jordi Musardó dijo...

Además,si paramos atención, vemos que en el área constituída por el margen del Garona( N-230 ), la C-28, Alós de Isil, Couflens, Seix, Bethmale y Sentien, hasta la zona de Melles, queda un extensión de terreno brutal y prácticamente deshabitada. Es para considerarlo........

Chucho dijo...

Muy cierto Jordi y si salvan la Garona entre la zona del Portillón,Benasque, Chistau y Saint lary-Soulan también hay un buen fajo de terreno bien abonado.