martes, 4 de noviembre de 2008

Un plan de conservación logra frenar la alta mortalidad de águilas imperiales en Doñana

04/11/2008 09:30 GUSTAVO CATALÁN DEUS

MADRID.-

La mortalidad del águila imperial (Aquila adalberto) en Doñana se ha logrado frenar gracias a un plan de recuperación de la especie, dirigido por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).La producción anual de pollos se ha triplicado en menos de tres años: de 3,5 se ha pasado a 10,5 pollos al año, según los investigadores, que publican su trabajo en el último número de la revista 'Journal of Applied Ecology'.Los científicos de la Estación Biológica de Doñana Miguel Ferrer y Vincenzo Penteriani impulsaron el plan de recuperación después de identificar un mecanismo que aceleraba la extinción de imperiales. Hallaron una relación invertida entre la densidad y la fecundidad en las poblaciones de águila imperial de la zona.

"Cuando disminuía la densidad de las poblaciones de las imperiales, su fecundidad media también descendía, de forma contraria a lo que predicen las leyes biológicas, lo que aceleraba la velocidad de extinción de la especie", asegura Ferrer.

Según la regulación de las poblaciones que se dan en la naturaleza, cuando una población decrece en exceso, la fecundidad aumenta para recuperar la densidad, mientras que cuando la densidad aumenta demasiado, la fecundidad baja para evitar un crecimiento excesivo de la población.Sin embargo, este mecanismo natural se invirtió debido a la alta mortalidad que mantuvo esta especie entre 1992 a 2004. Durante estos años el águila imperial había reducido a la mitad su población: de las 15 parejas habituales se pasó a 7. El uso de veneno fue la principal causa de ello."La aparición de veneno en Doñana y su entorno parece estar asociada a la disminución de los conejos tras la aparición de la enfermedad de la neumonía vírica. Al disminuir la densidad de los conejos, las águilas tuvieron que ampliar su área de campeo al exterior del parque, zonas donde se habían aumentado los esfuerzos para eliminar al zorro y otros predadores usando todo tipo de métodos, legales e ilegales, como el veneno. Afortunadamente, este efecto ha remitido en los últimos años", explica Ferrer.

El investigador del CSIC añade : "Como las águilas tienen un ciclo reproductor que les ocupa ocho meses, cualquier demora que se produzca durante este periodo en la sustitución de algún miembro de la pareja impide que se puedan reproducir ese año, lo que afecta a la fecundidad, que a su vez limita la disponibilidad futura de águilas para sustituir las bajas".Durante los cuatro años de duración prevista del proyecto se pretende alcanzar de nuevo un mínimo de 10-12 parejas reproductoras y una producción sostenida de 9-14 pollos por año.

Fuente: elmundo.es

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