viernes, 21 de noviembre de 2008

La Diputación de Bizkaia ordena batidas de lobos tras la muerte de 9 ovejas en Las Encartaciones

Ganaderos de la comarca denuncian tres ataquesen Carranza y Arcentales en apenas dos días

SERGIO LLAMAS BARAKALDO

Los ganaderos están en alerta después de que esta misma semana tres incursiones de lobos acabaran con la vida de nueve ovejas en la comarca de Las Encartaciones. La Diputación ya se ha hecho eco de los ataques y, como en ocasiones anteriores, ha ordenado batidas, si bien un portavoz del Departamento de Agricultura apuntó que en la provincia de Vizcaya «no existen asentamientos» de estos carnívoros.

Los ataques se han producido en los municipios de Carranza y Arcentales en apenas dos días. El último tuvo lugar en la noche del martes, en el entorno de Traslaviña. En esta ocasión, los lobos mataron a cinco ovejas y dejaron malheridas a otras dos, que más tarde tuvieron que ser sacrificadas. Su propietario, Alberto Portilla, ya había perdido un animal la noche anterior, aunque entonces lo atribuyó a la posible agresión de «unos perros salvajes». «Hace tres años sí que se oía comentar que podía rondar alguna manada por la zona, pero no me imaginaba en absoluto que fuera a pasar algo como esto», reconoció.

El pastor descubrió el ataque poco después de las nueve de la mañana del miércoles. Un vecino le alertó de que había divisado varios animales muertos en el mismo prado en el que suele pastar su rebaño, situado sólo a kilómetro y medio de la carretera. Cuando llegó a la zona, Portilla descubrió con horror los cuerpos destrozados en medio de un charco de sangre. «Se habían comido parte de una oveja y otras dos estaban muy mal. Había una que respiraba por la garganta», relataba ayer a este periódico.

Pero los daños fueron más allá. Varios animales de su rebaño -que agrupa unas cincuenta cabezas- presentaban moratones y heridas por todo el cuerpo como resultado de la refriega con los lobos. «Tengo varias ovejas preñadas y ahora van a malparir», auguró Portilla, quien tras descubrir lo ocurrido bajó su ganado a la cuadra por temor a un nuevo ataque. El casero trasladó entonces los animales muertos en un vehículo hasta hasta las cercanías de su vivienda, donde los dejó tirados bajo un manzano mientras alertaba a los técnicos de Base Gorria.

Presencia de buitres

Cuando los técnicos forales acudieron al lugar, pasadas las tres de la tarde, los buitres ya habían hecho acto de presencia. Los carroñeros devoraron buena parte de los cadáveres dificultando su estudio. Sin embargo, el técnico pudo analizar las heridas causadas al ganado y deducir que habían sido provocadas por lobos. «Estuvo estudiando los cadáveres durante una hora y media y, a pesar de que estaban medio comidos, no tuvo ninguna duda para identificar los mordiscos», corroboró Portilla.

Sus conclusiones quedaron confirmadas ayer mismo, cuando se avistaron cuatro ejemplares de estos depredadores cerca de Arcentales. La noticia no pilló del todo por sorpresa a los ganaderos, que se temían algo parecido. «Muchos vecinos tienen vacas por esta zona y los perros pastores se habían pasado toda la noche ladrando», explicó el propietario de las ovejas muertas.
Ahora, Portilla ya no se fía y mantiene a sus animales a buen recaudo. El ataque de la manada de lobos representa para él un duro revés. No depende de las ovejas para vivir, puesto que tiene otro trabajo, pero el cuidado del rebaño es una tradición que le viene de familia. «Entre una cosa y otra, al ganadero cada vez se le pone todo más cuesta arriba», advirtió.

elcorreodigital.com

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