El fototrampeo se convertirá en una herramienta clave para saber más sobre la población de lince ibérico descubierta a finales del mes de octubre del pasado año en Castilla-La Mancha, más concretamente, en la provincia de Ciudad Real. La población de lince ibérico será objeto de especial seguimiento durante este año por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, quién viene apostando decididamente por contribuir a evitar la extinción del felino más amenazado del planeta.
Aníbal B.C. [Ciudad Real]
Determinar con mayor exactitud cuáles son los territorios de cría y el número de hembras reproductoras que pueden existir serán los objetivos del programa de fototrampeo para el 2008, según explicó la delegada provincial de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Ciudad Real, Inés Alba.
Estimar el número de cachorros nacidos este año y determinar el número de machos territoriales son otros de los grandes retos que se han marcado este año los técnicos de la Junta de Castilla-La Mancha que vienen trabajando con el lince ibérico.Ampliar el área de fototrampeo para buscar nuevas zonas de dispersión de la especie son otros de los grandes propósitos que tiene este el plan.
El fototrampeo, explicó Inés Alba, consiste en la instalación en el campo de equipos fotográficos que son disparados por el propio animal mediante la activación de un disparador externo. Está técnica permite obtener información sobre cada uno de los individuos fotografiados. Como el patrón de las manchas del pelaje del lince es único para cada individuo, se puede identificar a cada uno de ellos, pudiendo llegar a conocer su sexo, edad aproximada, confirmar la reproducción por la presencia cerca de cachorros y conocer el estado físico. El fototrampeo, aseguró la delegada provincial, “también nos ha permitido establecer el número de hembras reproductoras con territorio, puesto que se fotografían sistemáticamente en las cámaras instaladas dentro de su territorio y en época de cría se las observa fácilmente con los cachorros”. Esta técnica, aseguró, “nos dan una idea muy aproximada de por donde se mueve el animal, y el tamaño del territorio. En el caso las hembras reproductoras tienen con menores áreas de campeo con territorios de 450 a 500 hectárea, en condiciones de alta densidad de conejo, mientras que el tamaño del territorio de los machos es superior y puede superponerse al de varias hembras”.
Este plan, comentó Alba, se complementará con otras actuaciones como el análisis genético de excrementos y otro material biológico recogidos en zonas de posible presencia de la especie. Sobre este asunto, señaló que el Gobierno de Castilla La-Mancha aún no ha considerado encargar análisis genéticos para esclarecer el origen de la población de linces ibéricos descubierta hace unos meses en esta comunidad autónoma, aún cuando el resultado se considera crucial para determinar aspectos importantes de cara a la conservación del lince.
Estos estudios podrían determinar si la población encontrada en Castilla-La Mancha se ha expandido de la que existe en la parte andaluza de Sierra Morena –lo que supondría la primera colonización de nuevos territorios del lince ibérico en décadas- o bien que estos linces han sobrevivido aislados en Castilla-La Mancha, por lo que tendrían unas características genéticas complementarias de los de Andalucía.
De ser así, alguno de estos ejemplares podría ser incluido en los programas de cría en cautividad con la finalidad de maximizar la representación genética de la especie de la población cautiva que, posteriormente, proporcionando el número suficiente de animales sanos que podrían ser devueltos al medio natural. La delegada provincial aseguró que esta línea de trabajo aún no se ha abierto por parte del Gobierno regional, pero, “no hemos descartado que lo hagamos a corto plazo, sin embargo, ahora, queremos centrar nuestros esfuerzos en conocer más y mejor esta población de linces”.
Tres territorios de cría
En Castilla-La Mancha se estima que en la actualidad existen tres territorios de cría, conclusión a la que se llega por el avistamiento de cachorros en tres áreas diferenciadas dentro del área de localización de la especie y asociando la presencia de un cachorro a una hembra adulta reproductora. Con los datos existentes en la actualidad, recordó Alba, tal y como anunció en su día el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se puede aceptar la existencia de tres hembras territoriales adultas, asociando la presencia de los cachorros a una hembra reproductora.
También se ha detectado la presencia de dos machos territoriales adultos, distinguidos en la información fotográfica y cuatro subadultos (dos hembras y dos machos) distinguidos con la misma técnica de fototrampeo, a la que se unen varios cachorros, de los que se consideran dos por hembra reproductora que, en total, sumaría una población de unos 15 ejemplares.
En la actualidad, se estima que quedarían unos doscientos linces ibéricos entre las tres poblaciones que se conocen, la de Doñana y Sierra Morena en Andalucía y la de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha.
El linceEl lince ibérico es una especie endémica de la Península Ibérica, considerado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) especie en peligro crítico dado el riesgo extremadamente alto de extinción al que se está enfrentando en estado silvestre.
Este “gato grande”, que puede alcanzar los 50 centímetros de altura y vivir entre 12 y 15 años, campea y vive en habitats de Monte Mediterráneo como el que se extiende por grandes zonas de la provincia de Ciudad Real, donde durante décadas ha sido muy abundante.
Suele estar presente en zonas de monte no muy denso, donde hay pastos o cultivos intercalados y agua cerca y, especialmente, en aquellos lugares donde la presencia del conejo, su presa favorita y casi exclusiva, está presente en abundancia.
El lince es un animal territorial que vive sólo, a excepción de la época de apareamiento, y utiliza entre 400 y 2000 hectáreas como área de campeo.
Recesión y futuro
Los datos que aportan los últimos censos en relación a esta especie resultan desoladores, en España resisten unos doscientos ejemplares y sólo el descubrimiento de la nueva población de Castilla-La Mancha y el éxito del programa de cría en cautividad, aportan esperanza de futuro para esta felino emblemático.
Los últimos esfuerzos que vienen realizando el Ministerio de Medio Ambiente, la Junta de Andalucía y la Junta de Castilla-La Mancha y el compromiso de trabajo de Extremadura y Portugal para salvar al lince, es lo único que contribuye a pensar en que el lince volverá a estar presente en territorios que históricamente han contado con su presencia.
Todo ello, a pesar de que la esperanza de vida de la especie se ha reducido de trece a cinco años y sólo tres poblaciones en libertad se encuentran en condiciones de reproducirse, las de Doñana (Huelva), Andújar-Cardeña (Jaén) y Ciudad Real.
En 1989, cuando aún la población se estimaba en 1.100 ejemplares, los núcleos de presencia estable se establecieron en cuarenta y ocho que se agrupaban en nueve poblaciones, pero, esta cifra ha ido reduciéndose progresivamente ante la tremenda vulnerabilidad e impredecibles amenazas que recaen sobre el “gato grande”.
Plan de RecuperaciónEn la cría en cautividad, que complemente la cría en libertad, están depositadas la esperanza de la recuperación de la especie, por ese motivo, Castilla-La Mancha que han venido trabajando desde el año 2003 en el Plan de Recuperación del Lince Ibérico, se unirá a la Red Ibérica de Centros de Cría del Lince Ibérico que podría albergar ejemplares destinados a la cría en cautividad.
La Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, en su línea de trabajo, construirá en el Parque Nacional de Cabañeros un centro de cría, que se unirá así a los que ya existen actualmente en Andalucía y los que están previsto se instalen en Extremadura y Portugal.
Esta red estará por los cuatro centros que están actualmente en funcionamiento en la Comunidad de Andalucía: El Acebuche en Doñana (Huelva), La Aliseda" en el Parque Natural de Despeñaperros en Jaén, La Olivilla en Santa Elena (Jaén) y el Zoo botánico de Jérez y los tres que se construyen en Las Correderas en Zarza de Granadilla (Cáceres), en Villafranca (Córdoba) y en Silves (Portugal) y el que se construirá en el Parque Nacional de Cabañeros.
En estos lugares se está llevando a cabo el programa de cría en cautividad conocido como Ex-situ que tiene como objetivo principal asegurar la conservación del material genético de esta especie y crear nuevas poblaciones de lince ibérico a través de programas de reintroducción, sin comprometer la viabilidad de sus poblaciones.
Este programa, liderado por la veterinaria Astrid Vargas, ha obtenido importantes resultados desde su puesta en marcha, que se materializaron con los primeros nacimientos en cautividad que tuvieron lugar en 2005.
lanzadigital.com
jueves, 13 de noviembre de 2008
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