martes, 17 de abril de 2012

Un polluelo de 21 días, esperanza para el quebrantahuesos en Picos de Europa

14-04-2012 EFE

Ha cumplido veintiún días, no se conoce su sexo y no tiene nombre, pero el último polluelo de quebrantahuesos nacido en cautividad en Aragón, y que se cría con éxito, supone una esperanza para la reintroducción de esta especie en peligro de extinción en los Picos de Europa.

El polluelo salió ayer de la nacedora, donde ha pasado sus primeros veinte días de vida en total aislamiento, y ha tenido el primer contacto con humanos para someterse a un chequeo veterinario, que ha superado perfectamente y que servirá para conocer su sexo y posibles enfermedades.

Un primer examen de este pequeño quebrantahuesos que ha sido realizado en el Centro de Cría en Aislamiento Humano (Criah) de La Alfranca, en Pastriz (Zaragoza), que dirige el naturalista Gerardo Báguena, vicepresidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.

El polluelo nació en este centro el 25 de marzo, con 138 gramos de peso, tras 54 días de incubación, y lugar en el que seguirá su crianza aproximadamente durante un mes en un nido naturalizado, señala Báguena en declaraciones a Efe.

Ahora pesa ya 930 gramos y, aunque es una "bolita" de plumas grises, con las alas estiradas mide 45 centímetros, afirma el doctor veterinario Juan Manuel Blanco, quien subraya a Efe que su estado en general es "fantástico", ya que está sano, en principio, hidratado y sin lesiones.

Este veterinario de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, tras realizar el chequeo al polluelo, que ha durado aproximadamente quince minutos, se mostró satisfecho sobre todo, porque la alineación de sus huesos es muy buena, está "muy, muy bien proporcionado", dice.

Blanco le extrajo 0,7 mililitros de sangre, de la vena cubital superior, para averiguar el sexo mediante el ADN y realizar una hematología y bioquímica sanguínea, y le tomó muestras de la cloaca y de la boca en busca de posibles patógenos.

El polluelo, recuperado el 7 de febrero de un nido del Pirineo de Huesca por el alto riesgo de que no prosperara, se está criando fuera de su hábitat natural y sin padres, cuya presencia se suple con dos "señuelos", réplica a tamaño natural de un quebrantahuesos, que manejan tres personas, entre ellas Báguena y la veterinaria Naiara Arantzamendi, también de la Fundación para la Conservación de esta especie.

Al principio le dieron de comer cada día seis cebas, con ratoncitos triturados, y con las que ha ganado a diario el diez por ciento de su peso, una alimentación que, posteriormente, se ha distanciado, y a las que se le ha ido añadiendo trozos de hueso y carnes, ya que esta rapaz es la única especie en el mundo que come huesos, explica Blanco.

Además de usar los "señuelos" para responder a las necesidades afectivas, de calor y alimentarias de la cría, los tres "padres adoptivos" permanecen en el centro las veinticuatro horas del día, en turnos rotatorios, vigilando en una pantalla de ordenador todos los movimientos de la pequeña rapaz a tiempo real y escuchando sus reclamaciones, agrega Báguena.

El quebrantahuesos, de nombre científico "Gypaetus barbatus", es el ave rapaz más amenazada del Catálogo Nacional y está en "rango crítico" de extinción, subraya este naturalista, quien informa de que existen sólo 120 parejas reproductoras en la cordillera pirenaica (España y Francia), de las que el 60 por ciento viven en el Pirineo central aragonés.

Este hecho ha convertido a Aragón, con 64 parejas reproductoras, en el "principal reservorio genético" en Europa del quebrantahuesos del Paleartico Occidental, una especie, según Báguena, de "gran valor biológico".

Es el séptimo polluelo que se cría en el Criah, centro perteneciente al Gobierno de Aragón, y en el que se aplica la experiencia obtenida tras veinte años de trabajo en el campo con esta ave rapaz, señala a Efe Manuel Alcántara, jefe de Servicio de Biodiversidad del Ejecutivo autonómico.

De las seis crías ya liberadas en el medio natural, dos hembras lo han sido en los Picos de Europa en 2010 -aunque la primera de ellas fue hallada muerta-, gracias a un protocolo de colaboración entre los gobiernos aragonés y asturiano, al que se han unido los de Castilla y León y Cantabria, precisa Alcántara.

Precisamente, el polluelo que ahora crece en Zaragoza será soltado en el Parque Nacional de los Picos de Europa para ayudar a la reintroducción de la especie, pero antes se someterá a otro chequeo y a un proceso de "hacking" o "crianza campestre" en los Pirineos, donde irá aproximadamente a mediados de mayo con unos cincuenta días cumplidos y permanecerá hasta que tenga noventa.

Para esa crianza, se le coloca en una estructura a cuatro metros y medio del suelo, situada encima de una plataforma, con rejas, y cerca de un comedero de quebrantahuesos para que, según Alcántara, se socialice, aprenda de sus congéneres y forme su identidad.

Allí crecerá, también con una vigilancia continúa, con tres turnos, hasta alcanzar cinco kilos y 2,40 metros de envergadura y ser soltado en los Picos de Europa.

Fuente: Abc.es

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