viernes, 4 de noviembre de 2011

El tercer ataque de la osa mata a cuatro ovejas a solo un kilómetro de un pueblo de Ribagorza

ANA IPAS. Huesca 04/11/2011

El sonido de las esquilas del rebaño asustado que bajó a Ballabriga alertó a los vecinos en plena madrugada.

El sonido de las esquilas de las ovejas que entraban en el pueblo sobresaltó a los vecinos la madrugada del sábado. Algo había sucedido para que un rebaño se hubiera asustado y bajara a refugiarse en las calles de Ballabriga, un núcleo del municipio ribagorzano de Veracruz. La osa, que desde hace más de un año se ha asentado en esta zona a los pies del macizo del Turbón, ha vuelto a atacar, esta vez a solo un kilómetro de una zona habitada. Cuatro ovejas muertas, una herida y tres más desaparecidas es el balance del tercer asalto de este animal en 2011. Los ganaderos temen que el plantígrado, antes de la hibernación, vuelva a acechar a sus animales.

El hijo de Fernando Garanto Saura, el ganadero afectado, explicó que, como cada día, su padre cuidó de su rebaño en el monte y al caer el sol, regresó a su pueblo para dormir. Las ovejas, unas 300 en total, las había dejado aquella noche del viernes al sábado en la Sierra de Ballabriga, a un kilómetro escaso de su casa.

Estaba acostado cuando el ruido de las esquilas por las calles del pequeño pueblo de Ballabriga le sobresaltó. Algo había asustado al rebaño y en plena noche se había movido del lugar en el que descansaba. Al punto de la mañana, llamó a otros familiares y se acercaron al monte. «Estaban todas desperdigadas: 12 por aquí, 50 por allá, otras tantas por allí», relató el hijo del propietario. Y también hallaron «una oveja devorada y tres más muertas, despeñadas en la estampida que provocó el oso con su presencia», relató el hijo del propietario. Había otra más herida y, tras el recuento del rebaño, han comprobado que les faltan tres animales más.

Los zarpazos que presentaba la oveja que había sido devorada les hizo pensar enseguida en el oso. «No es el primer ataque que se produce en la zona. Hubo uno en primavera en Llert y hace poco más de un mes otro en los pastos de Las Aras, próximos al núcleo de Abella, en el término de Laspaúles», informó el ganadero, quien explicó que todos estos pueblos están muy cerca, en las faldas del macizo del Turbón.


Fotos de las huellas


El pastor no dudó en alertar al guarda que vigila los pasos del oso en esta zona de la Ribagorza. «El domingo estuvo con nosotros», comentó. Aunque fue imposible contrastar la información con el departamento de Medio Ambiente, el ganadero aseguró que el técnico realizó fotografías del animal que había sido devorado y que por la forma en la que lo habían hecho (sacando las entrañas) no cabía duda de que se trataba de un oso.

El guarda del oso también localizó en las inmediaciones del ataque huellas de un plantígrado. Además, colocó una cámara fotovoltaica (disparan con el movimiento) en el lugar del ataque ya que era previsible que el animal volviera a la zona para comer más carne y coger reservas de cara a la hibernación que pronto comenzará. Si bien no se conoce con seguridad de qué ejemplar se trata, todo parece apuntar que es Sarousse, una hembra de origen esloveno que fue liberada por Francia en 2006 y que desde hace un año se ha asentado en esta zona de la Ribagorza.

En los últimos cinco meses, este es el tercer ataque de un oso que se registra en la zona. «Cada vez se producen más al sur», alertó el ganadero que teme que la osa, ante la inminente llegada del invierno y de las nieves, vuelva a intentar atacar a sus rebaños que están en las inmediaciones del pueblo. «Tememos que se haya viciado, acostumbrado a comer carne y se sucedan más ataques». Añadió que además de para ellos, los ganaderos, el oso también puede ser un peligro para otros vecinos y turistas. «Ahora hay mucha gente que sale a por setas al monte. En teoría, dicen que no ataca, pero es que no sabes cómo va a reaccionar», concluyó.

Fuente: Heraldo.es

7 comentarios:

Pedro dijo...

Este año por la zona en la que vivo no hay practicamente bellotas, ni en robles ni en encinas, me imagino que consecuencia del clima tan cambiante de este año.
Que opinas sobre este tema, y que consecuencias puede tener sobre la alimentacion otoñal para el oso.
saludos

Anónimo dijo...

En mi zona sí que hay bellota, aunque de tamaño menor y deficientes. Algo parecido pasa con las castañas.Todo es consecuencia de los nefastos meses de septiembre y octubre, casi sin lluvias.
En la vertiente cantábrica creo que la cosa está algo mejor, tuvieron algunas lluvias en septiembre, por lo que creo que tendrán bastante alimento disponible.
Miguel. El Bierzo.

Chucho dijo...

pues ya lo apunte en el foro del lince, la sequía contumaz de este principio de otoño unido a la escasa ya tradicional falta de agua veraniega ha traido una pésima cosecha en caxicos y carrascas en el prepirineo y solana pirenaica, que en zonas como el Turbón donde vive Sarousse sin duda la obligarán a mayores desplazamientos o búsqueda alternativa de alimento fácil:ovejas tontas y sin cuidado. No obstante es preocupante que Sarousse empiece a coger costumbre con lo de las ovejas, hay que ponerselo difícl o ayudar a que esto tenga otra vía de escape o los cenutrios neandertales pirenaico ganaderos le darán matarile.

Pedro dijo...

Tambien ha podido influir el frio intenso y poco habitual,de algunas noches de Junio y Julio.

Medved dijo...

Que sea un buen año de bellota o de castañas ayuda y mucho a los osos. Más que nada porque de esta manera no se tienen que desplazar de sus territorios habituales a otros en los que pueden tener más amenazas o peligros por el camino.

Pero de cualquier manera no se sabe muy bien como, consiguen encontrar las zonas donde ese año en concreto hay frutos.

Recuerdo que me contaban que hace unos años aparecieron repentinamente un "montón" de osos en una zona muy localizada de Cantabria. Pues resulta que ese año en la Montaña Palentina no había casi bellota y se habían trasladado hacia allí. Total, que la mitad de los treinta osos debían de andar en unos pocos kilómetros.

Para que luego nos sorprendamos con las historias de elefantes que encuentran agua en años de sequía en sitios donde solo ha estado la matriarca del grupo cuando era joven.

Parece que los osos también tienen buena memoria, o una especie de sexto sentido para estas cosas.

Saludos

Pedro dijo...

No se si con los castaños pasara igual pero unos que yo visito todos los años y que siempre tienen abundante cosecha , este años tienen poca y de baja calidad.

Chucho dijo...

para los que no pateen pirineo: el castaño odio la cal , no crece nada bien en los terrenos calizos y es por ello que no existe como árbol espontáneo desde la muga vasco-navarra hasta casi Girona, o sea que en todo el eje axial (salvo honrosas excepciones en el bajo Bearn)no hay castañas que es donde andan nuestros osos pirenaicos. Así que aquí ni castañas