martes, 29 de septiembre de 2009

Encuentran una nueva especie para la ciencia en Valderejo (Álava)

Los ecosistemas vascos esconden miles de especies

Escarabajos, los herederos de la tierra

Están en la cima de la pirámide del reino animal. Son uno de cada cuatro animales sobre la Tierra. Y al mismo tiempo son los grandes desconocidos. Los ecosistemas vascos esconden, por su variado clima, una rica variedad de especies. Hablamos de los escarabajos.

Joseba VIVANCO

Iñigo Ugarte abre una de las numerosas cajas entomológicas que se apilan, como desordenadas, sobre la mesa de trabajo de Amalur Natur Elkartea, un grupo naturalista con sede en la localidad alavesa de Agurain. De entre decenas de ejemplares de diversos tamaños y atravesados por un alfiler, extrae uno de apenas dos o tres milímetros de longitud y de inapreciables facciones. «Cada especie es un mundo. Te maravillan sus formas, sus colores», comenta ufano mientras ajusta su microscopio y sitúa bajo su lente al diminuto especimen. Veinticinco aumentos después, uno queda asombrado del diseño que esconde quién sabe si uno de los más pequeños de entre los 500.000 tipos distintos de escarabajos catalogados en todo el mundo. Pero no están todos los que son; cada año se descubren 2.000 especies nuevas.

Todos hemos escuchado en repetidas ocasiones aquello de que «hace 65 millones de años los dinosaurios dominaban la Tierra...». Una verdad a medias. Eso lo saben muy bien quienes se dedican a la entomología, la ciencia que estudia los insectos, esos bichos que aparecieron por la faz del planeta unos cuantos millones de años antes que esos gigantes. Preguntado el célebre genetista británico J.B.S. Haldane, allá por la primera mitad del siglo pasado, por lo que más le había llamado la atención acerca de la naturaleza supuestamente nacida a partir del Creador, respondió, no sin cierta ironía, que «su afición desordenada por los escarabajos». Porque si los insectos son el grupo animal más numeroso, los escarabajos están en la cúspide de esa pirámide: una de cada cuatro especies animales es un escarabajo.

No es de extrañar que a Iñigo Ugarte, y su compañero Fernando Salgueira, una de las cosas que más le atraiga de este universo coleóptero sea precisamente lo poco que se sabe de estos auténticos supervivientes del reino animal, de quien representa el mayor éxito de la evolución que Charles Darwin teorizó. Para el profano todo se reduce al nombre de `bichos', como la película. «Te das cuenta de que no se sabe absolutamente nada de ellos y que hay muy poca investigación. La gente no sabe que tiene delante un escarabajo; piensa que es una cucaracha», reitera Iñigo.

Su afición por la naturaleza del entorno que rodea Agurain le llevó, en su caso, a catalogar primero plantas, luego musgos, después mariposas y, finalmente, encontró lo que buscaba en el «apasionante» mundo del escarabajo. «Sales al campo un día de primavera y si te fijas, no pasan desapercibidos. Los ves volar y no tienes ni idea de qué son. Y son los reyes de la naturaleza», declara convencido.

Un interés que se concretó en el año 2000 en un primer estudio sufragado por el Gobierno de Lakua sobre la fauna coleóptera de la sierra de Entzia, en el oeste alavés, en la comarca de Montaña Alavesa. Tras un año y decenas de visitas a la zona, habían inventariado 222 especies de escarabajos.

«Los parques naturales, por estar protegidos, son los ecosistemas más interesantes», comenta, y para la búsqueda de estos insectos, también. Su más reciente trabajo, finalizado el año pasado, ha estado centrado en el parque de Valderejo, en el extremo occidental del territorio alavés, donde han constatado que no sólo hay grandes poblaciones de buitres. En total, catalogaron 276 especies, de coleópteros, sumadas a 19 ya identificadas en la anterior bibliografía. «Calculamos que en esta zona podría haber hasta medio millar», apunta Iñigo.

Especies endémicas

En el entorno de Valderejo han localizado hasta 22 especies endémicas de la Península ibérica, algunas siendo primera cita en suelo vasco. Pero la joya de la corona ha sido la bautizada como Strophosoma valderejoi, «una especie nueva para la ciencia», como subraya orgulloso. También han estudiado, para la Diputación vizcaina, los humedales del Gorbeia, y su próximo ecosistema serán los robledales aislados de la Llanada alavesa.

Lo que es evidente es que a poco que se salga al campo con unas trampas, unas mangas tipo cazamariposas para agitar arbustos y yerbas, y mucha paciencia, no resulta difícil que estos insectos nos sorprendan. El año pasado, un entomólogo siberiano concluyó una investigación en el parque ecológico de Plaiaundi-Jaitzubia, entre Irun y Hondarribia, sobre la presencia de unos coleópteros que sirven como indicadores de la salud de ecosistemas como éstos. Halló 215 especies, diez de ellas nuevas para la fauna peninsular, de la CAV y de Gipuzkoa.

Otro estudio muy aplaudido en su día fue el promovido por la Asociación Guipuzcoana de Entomología, entre los años 2000 y 2004, en el parque natural Aiako Harria. Una de sus conclusiones fue que una especie con nombre de personaje de Astérix y Obélix, el Ceuthosphodrus navaricus vasconius, no corre peligro. ¿Y qué tiene de relevante? Pues que se trata de un escarabajo endémico de las cuevas de Landarbaso, en Errenteria. Descubierto en 1937 por el entomólogo francés René Jeannel, se trata de un ejemplar de color beige, de entre uno y 1,5 centímetros, y que habita en sólo una de las 35 cavidades subterráneas conocidas en esa zona.

Esta investigación también halló presencia de especies de interés comunitario como la Rosalia alpina, el Lucanus cervus o el Cerambyx cerdo -el mismo que agujereó hace unos años todos los árboles de la campa de la Encina de la localidad alavesa de Artziniega y no pudo ser exterminado por estar protegido-. Precisamente, el grupo Amalur Natur Elkartea elaboró en 2001, por encargó del Gobierno de Lakua, un informe sobre los coleópteros de la Directiva europea de Hábitats presentes en la CAV. Identificaron cuatro especies, de las que sólo una, el conocido como escarabajo ermitaño, se puede considerar en peligro de extinción. Asociado a bosques centenarios, sólo lo detectaron en un quejigal en Heredia y un robledal en Egilaz, ambos en suelo alavés.

Euskal Herria, pero sobre todo Araba y en mayor medida Nafarroa, son áreas geográficas en las que las influencias climáticas noreuropea y mediterránea multiplican su biodiversidad, lo que sucece también en el desconocido mundo de los coleópteros. No es probable que como Gregorio Samsa, el personaje de la ``Metamorfosis'' de Kafka, un día nos despertemos echados sobre un «duro caparazón» en la espalda, pero quién sabe, porque ante una futura extinción como les ocurrió a los dinosaurios, seguro que los escarabajos heredarán de nuevo la Tierra.

Fuente: Gara.net

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