miércoles, 14 de enero de 2009

El Zoobotánico de Jerez confía este año en lograr la reproducción en cautividad del lince ibérico



Andaluciainformacion.es, 11 enero 2009.
En breve se espera que entre en celo Azahar, la hembra que el año pasado tuvo un embarazo psicológico. Los linces disfrutan este año de nuevas instalaciones, más amplias que las anteriores. Técnicos del Zoo realizaron la semana pasada un curso sobre comportamiento de felinos en Jaén.
El Plan de Cría en Cautividad del Lince Ibérico confía en que el año 2009 sea el que tanto el Zoobotánico de Jerez como el centro de La Olivilla, en Jaén, consigan que algunas de sus hembras queden preñadas y se sumen al Acebuche en el éxito reproductor. En el Zoo esa esperanza es aún mayor, por cuanto que Azahar, que ha cumplido los cuatro años, ya tuvo una pseudogestación el año pasado y éste, el tercero en el que tiene posibilidades de ser madre, debe ser el definitivo.
Los síntomas del celo de los linces del plan de cría están a punto de hacer acto de presencia en las instalaciones de Huelva, Jerez y Jaén, y los técnicos de los tres espacios dedicados a este fin se preparan para afrontar una temporada de cría más que, probablemente, sea diferente en Jerez. En esa preparación de la nueva temporada, lo último reseñable, de hace apenas cuarenta y ocho horas, es un curso de dos días (jueves día 8 y viernes día 9), que han seguido en el centro de La Olivilla, en Jaén, el personal que trabaja directamente con los linces en los centros de cría y que ha sido impartido por Xavier Manteca, veterinario -etólogo- profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Al curso sobre comportamiento de felinos desarrollado en el centro de cría de la Olivilla, en Jaén, por el veterinario Xavier Manteca, experto en comportamiento animal, han acudido por parte del Zoobotánico de Jerez tres cuidadores y el biólogo conservador del mismo y responsable del Plan de Cría en Jerez, Íñigo Sánchez. A ellos, los cuidadores que tratan a diario con los linces en los diferentes centros existentes, se han unido algunos integrantes de los CREA’s (centros de recuperación de especies), que pueden recibir algunos ejemplares ocasionalmente con motivo de encontrar animales heridos en el campo.
La idea de este curso ha sido la de poner al día el conocimiento que existe en estos momentos sobre el comportamiento general de los felinos, basado -como explicó a este periódico Íñigo Sánchez- en el gato doméstico “porque en realidad no se conoce demasiado del comportamiento de los felinos que viven en libertad”. Íñigo Sánchez explicó también que el veterinario Xavier Manteca es una de las máximas autoridades en España de lo que se ha dado en llamar el “bienestar animal”, habiendo trabajado con felinos y colaborando desde el principio con el Plan de Cría del Lince Ibérico ofreciendo su opinión sobre qué pautas seguir según el comportamiento de los animales o sobre determinados tratamientos frente a problemas o enfermedades comunes.
Las dos jornadas dedicadas al curso sirvieron también, como no podía ser de otra forma, para poner en común las experiencias personales de quienes trabajan en los diferentes centros de cría. En opinión de Íñigo Sánchez, el curso ha sido muy provechoso, “aunque corto”. Íñigo Sánchez, biólogo conservador del Zoo jerezano, es una de las personas que más confía en que Azahar, o incluso Biznaga, que este año es ya lo suficientemente madura para ello, les puedan dar la alegría que llevan tanto tiempo esperando. “Ya repuestos del palo que recibimos el año pasado confiamos en que a la tercera sea la vencida”, aseguró Íñigo Sánchez, quien comentó que no ha sido posible saber con certeza qué fue lo que ocurrió el año pasado, cuando todos, técnicos e incluso la propia Consejería de Medio Ambiente, dieron por bueno el embarazo de Azahar y, al final, resultó un embarazo psicológico. Este año los técnicos del Zoo confían en que la curiosa técnica de extracción de sangre mediante chinches americanas pueda dar resultado y diagnosticar el embarazo sin error.
De momento, tal y como explicó Íñigo Sánchez, se dispone de más recipientes en los que introducir a los insectos y, aunque aún no han llegado las chinches (las del año pasado murieron) se dispondrá de más tiempo para realizar esta práctica. El responsable del programa de cría en Jerez adelantó que, probablemente, esta misma semana se comiencen a poner los recipientes en los corchos donde las linces Azahar y Biznaga se echan a descansar.
En principio serán botes vacíos y en unos días contendrán en su interior algún escarabajo de los que se crían en el Zoo para que se acostumbre al ligero ruido que estos insectos pueden realizar en el interior del recipiente y, cuando llegue el momento, es decir, una vez que se hayan apareado (Azahar y Biznaga) y se sospeche que puedan haber quedado preñadas, se cambiarán los escarabajos por las chinches americanas para que estas hagan su trabajo, que no es otro que picar a la lince y chupar unas gotas de sangre que, una vez extraída con una aguja del abdomen del insecto -antes de que empiece a digerirla, obviamente- pueda ser analizado y determinado si están preñadas. A las fechas en la que nos encontramos, doce de enero, los linces del Zoo aún no han dado muestras de celo.
En El Acebuche, en Huelva y en La Olivilla, en Jaén, algunos machos han comenzado a maullar, primeros indicios de que están a punto de entrar en celo, pero no ha habido nada más. En Jerez, Fran (el macho) aún no ha empezado a “vocalizar” más de lo habitual, lo que no quiere decir que, en breve, pueda empezar a hacerlo. Las esperanzas de los técnicos del Zoobotánico se basan en que de la poca experiencia que hay con los linces en cautividad, ha habido dos hembras (Esperanza y Aura), que han copulado durante dos años sin llegar a quedar gestantes y al tercer año quedaron preñadas. Este sería el caso de Azahar, que se encuentra en las instalaciones del Zoo. “Nosotros, confía Íñigo Sánchez, esperamos que nos pase lo mismo, que no rompamos la estadística”.
Una de las novedades más importantes de cara a este tercer intento de conseguir la cría en cautividad en Jerez es el hecho de que los linces disponen de nuevas instalaciones, en las que pueden desenvolverse con mejores condiciones. Íñigo Sánchez explicó que estas instalaciones son más amplias que las primeras, por lo que los animales tienen más espacio. Por ello, se va a colocar a Azahar en la zona nueva. En las viejas, que tienen tres espacios diferenciados, se colocará a Esparto en la primera (el macho joven) y en las otras dos que se dejarán corridas, se colocará a Biznaga. Y el macho adulto, Fran, estará pasando de una instalación a otra, es decir, de la de Azahar a la de Biznaga aprovechando los momentos de darle la comida.
Estas nuevas instalaciones disponen desde hace algún tiempo de las correspondientes cámaras de circuito cerrado de televisión y, desde hace sólo unos días, de los micrófonos necesarios para recibir el sonido que producen los linces.
En este momento, los sonidos no son imprescindibles para hacer el seguimiento a los linces bastando sólo las imágenes mudas, pero la experiencia de El Acebuche ha demostrado que cuando nacen las crías es fundamental poder oír lo que sucede en las instalaciones, dado que se puede detectar antes una incipiente pelea entre hermanos que, como ya ha sucedido en alguna ocasión, puede acabar con la vida de uno de los contendientes.
El último paso, aún pendiente, antes del celo es conseguir los voluntarios que colaborarán en el seguimiento del proceso.“Lo más probable es que se produjese una pseudo gestación”, explicó Íñigo Sánchez como respuesta a lo que sucedió el año pasado, cuando todos dieron por bueno que Azahar se había quedado preñada y no llegó a parir.
El responsable del Plan de Cría en Cautividad del Lince Ibérico en Jerez señaló que el problema estuvo, fundamentalmente, en que sólo se le hizo el test de orina y no el de sangre. La prueba de embarazo con sangre es infalible. No ocurre así con la orina, dado que la cantidad de la hormona relaxina que hay presente en ella no permite averiguarlo con exactitud.
El año pasado se intentó, sin conseguirlo, extraer sangre de Azahar mediante el curioso empleo de chinches americanas, mucho más grandes que las europeas y que almacenan en su cuerpo una cantidad suficiente para poder ser analizada. Los insectos llegaron con mucho retraso con respecto al inicio de la época de celo y la lince no llegó a tumbarse de manera adecuada sobre el corcho que contenía los recipientes con las chinches, por lo que no fue picada por estas. Esa circunstancia no ha sucedido sólo en Jerez, sino que también ha pasado en los otros dos centros.
La técnica de análisis de embarazo en orina se está depurando aún, dado que la presencia de la hormona (relaxina) en la orina es mínima, con trazas muy pequeñas. Para que haya algo de éxito es necesaria una gran cantidad de orina y concentrarla muchísimo, deshidratándola, para que el test refleje algo visible.
Hasta el año pasado, esta técnica se empleó sólo por los expertos alemanes del IZV en Berlín y en El Acebuche, y con las muestras de Azahar trabajaron en solitario técnicos españoles (la hembra jerezana copuló más tarde y ya no estaban en Huelva los expertos) que siguieron los procedimientos aprendidos por primera vez, interpretando erróneamente la leve marca dejada en el test como un embarazo, cuando en realidad no lo era.
Conocido este detalle, es necesario saber para valorar la dificultad en la interpretación de dicha marca que el test que se utiliza es para gatos domésticos, ya que aún no existe ninguno para linces. Esto significa que la diferencia entre un test positivo y otro que no lo es es tan sutil que es muy fácil caer en el error, sobre todo si no se dispone de un segundo método (análisis de sangre) para confirmar o dementir la impresión que se obtiene de la marca dejada en el ‘predictor’.

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