jueves, 28 de julio de 2011

Se crea un nuevo territorio de quebrantahuesos a caballo entre Navarra y País Vasco

El despertar del quebrantahuesos

ÍÑIGO SALVOCH . PAMPLONA.

Su existencia en el Pirineo navarro sigue siendo muy frágil, pero son ya 8 las parejas reproductoras e incluso una se ha asentado en Urbasa-Aralar

10/07/2011

Lo que vieron por sus prismáticos les dejó la sangre helada. La escena tuvo lugar semanas atrás, cuando un par de guardas de Medio Ambiente efectuaba el seguimiento rutinario de un nido de quebrantahuesos en el Prepirineo navarro. El nido, como es habitual en esta especie emblemática, estaba emplazado sobre la estrecha cornisa de un roquedo. Mientras los guardas observaban emocionados los indecisos pasos del único polluelo de quebrantahuesos que este año ha salido adelante en Navarra, de pronto, aterrizó en la cornisa el padre de la criatura y con un descuidado golpe del ala la dejó balanceándose al borde del precipicio. Fueron unos segundos eternos y angustiosos en los que el polluelo luchó por mantener el equilibrio. Al final, lo consiguió.

Decir que la supervivencia de los quebrantahuesos pende de un hilo es una metáfora terriblemente cierta. Sin embargo, en los últimos años empieza a haber señales para el optimismo. Y es que de la catastrófica situación de los años ochenta, cuando Navarra contaba con una sola pareja reproductora que nidificaba en la Foz de Burgui, a la actualidad, con al menos ocho parejas y presencia estable en once territorios, algo ha cambiado.

El punto de partida para la recuperación de la especie era, desde luego, crítico: los venenos, los tendidos de alta tensión y la acción humana hicieron desaparecer al quebrantahuesos de todas las cordilleras de la Península salvo el Pirineo. Aún así, en Navarra la situación hace tres décadas era más que frágil.

Según recuerda hoy Jokin Larumbe, jefe de Hábitat del Gobierno de Navarra, por aquel entonces sólo nacía "medio pollo" de quebrantahuesos cada año. Y no, no es que los pollos nacieran deformados, sino que la única y solitaria pareja de quebrantahuesos de Burgui disponía de dos nidos, uno a cada lado de la muga navarro-aragonesa, "de modo que a efectos de censo poblacional un año se anotaba el polluelo para Aragón y al siguiente, para Navarra".

Desde Burgui a Urbasa

Sin embargo, desde hace unos años el quebrantahuesos está empezando a colonizar áreas vacías y potencialmente aptas para la especie. Desde Burgui y el cercano pirineo oscense nuevas parejas han ido formándose y asentándose en roquedos de Vidángoz, Sierra de Leyre, Aézkoa, Aoiz, Itoiz...

Así pues, el quebrantahuesos ha iniciado una expansión territorial hacia el occidente que parecía estancada y aunque ya se habían avistado ejemplares jóvenes con anterioridad, en 2011 se ha producido el ansiado asentamiento de una pareja sobre las sierras de Urbasa, Andía y Aralar. Si bien todavía no se han detectado indicios de reproducción en la zona.

Para confirmar este asentamiento ha sido fundamental el seguimiento de la especie en esta zona noroccidental, que se realiza de manera coordinada con los técnicos de Guipuzkoa y Álava. También se ha visto sobrevolar el quebrantahuesos ya por las sierras de Lóquiz y Codés.

En la actualidad se puede considerar que existen en Navarra 11 territorios de quebrantahuesos. Algunos como el Burgui no se han perdido nunca, otros como el Andía han estado vacíos muchos años.

Tres pollos en 2010

Las cifras sobre el nacimiento de nuevos quebrantahuesos (ver gráfico adjunto) invitan a un cierto optimismo. Tras varias décadas en las que sólo volaba del nido un pollo cada dos años en Navarra, en los últimos diez años el promedio ha sido de dos pollos anuales. Este leve repunte, unido a la lenta pero progresiva expansión hacia el occidente, hace albergar a algunos la esperanza de que se pueda establecer desde el País Vasco un puente con la Cordillera Cantábrica, donde esta siendo reintroducida la especie con cierto éxito. Aunque hay que ser cautos. Todavía persisten algunas de las grandes amenazas para el hábitat del quebrantahuesos, como los contaminantes -hace muy pocos años fue recogida la quebrantahuesos "Muskilda" con síntomas de envenenamiento, o los tendidos eléctricos.

El índice de fertilidad también es otra de las preocupaciones de los técnicos navarros de Medio Ambiente. "Algunas parejas llevan años juntas pero, por las razones que sean, no consiguen realizar una puesta", indican. Este año 2011, de cuatro posibles pollos sólo uno ha salido definitivamente adelante en Navarra. El mismo que a punto estuvo de precipitarse al vacío y que pronto, si todo sigue bien, pintará su majestuosa silueta sobre los cielos de nuestras montañas.
"David", "Kukula" y sus valientes compañeros

LOS "quebrantas" navarros son tan pocos que están perfectamente identificados y cuentan con sus propios nombres, que normalmente rememoran enclaves ubicados en sus territorios de campeo. Así, algunos de ellos se llaman "Kukula", "Sasi", "Quirico", pero tampoco falta un "David" y un "Benigno" en los cielos.

Lo normal entre los quebrantahuesos es que formen parejas, aunque tampoco es extraño que vivan dos machos y una hembra formando un trío. Las puestas suelen constar normalmente de dos huevos, uno de ellos de reserva. En el caso de que los dos sigan adelante, el polluelo más fuerte será el que ocupe el nido.

Pero si el quebrantahuesos (gypaetus barbatus) es una especie peculiar y misteriosa esto se debe también a sus hábitos alimenticios. Se trata de la única de las aves que se alimenta casi exclusivamente de huesos. Aunque, al contrario de lo que muchos piensan, su costumbre de dejarlos caer contra las rocas no es para extraer el tuétano de su interior, sino para partir los trozos grandes en otros más pequeños ya que los tragan enteros. Así, a diferencia de otras necrófagas, como los buitres, su cuello luce con un abundante plumaje, a modo de barba, y esto es debido a que el quebrantahuesos no necesita meter la cabeza entre las vísceras de ovejas, rebecos y otros animales para alimentarse.

Los jóvenes que se independizan de sus padres recorren largas distancias, pero vuelven a sus áreas de origen cuando llegan a la madurez para encontrar pareja y formar un nido, por lo que la velocidad a la que se expande el área de distribución del quebrantahuesos es muy lenta.

De momento, una pareja de quebrantas, acompañada por un adulto joven, ha encontrado su asiento entre las sierras de Aralar, Urbasa y Andía. Los técnicos encargados de su seguimiento, como Itziar Almarcegui, de Viveros, sólo esperan una noticia mejor: que en la próxima primavera el nido más occidental se vea alegrado con el primer polluelo.

QUEBRANTAHUESOS

Nombre científico: Gypaetus barbatus.

Fisonomía: Suele alcanzar los 2,5 metros de envergadura y su peso oscila entre los 4,5 y los 7 kilos. Sus alas son largas y estrechas, la cola es más larga que la del buitre y en forma de rombo: Se distingue también por el collar de plumas y sus patas claras que suelen colorearse con el color del barro. En los ejemplares adultos destaca también su antifaz negro.

Hábitat: Son amigos de las zonas rocosas, aunque no necesariamente de grandes desfiladeros. Los Pirineos son la única zona de la península con población autóctona. Se distribuye también por otros países del sur de Europa, África y Asia.

Fuente: Diariodenavarra.es

3 comentarios:

Ornitocampero.blogspot.com.es dijo...

Esperemos que sigan asentandose y que nadie ponga veneno y que se sifga con la politica de muladares.
Saludos camperos.

Itsas Enara Ornitologia Elkartea dijo...

Hace unos diez años también se asentó otra pareja que incluso anido y puso un huevo, luego desapareció uno de los adultos y todo se fué al traste.
La zona de momento se podría considerar como de sumidero en vez de colonización, ojalá me confunda.

Chucho dijo...

Me alegran estas nuevas, pero como ya dijimos en la anterior entrada sobre la negativa aragonesa a ceder ejemplares, la zona occidental pirenaica y prepirenaica no son zonas precisamente boyantes, como ya se ha nombrado la foz de Burgui (muga zaragozana), Arbayún y leyre/Orba hace tiempo que cuentan con sus ejemplares adultos bien asentados y año tras año rara vez sacan cría las tres. La expansión sigue su camino lógico, pero muy, muy, muy, muy despacio.
Hay que lograr como sea otro núcleo ajeno pirenaico o la consanguineidad nos debilitará y nos pondrá en serios riesgos.