miércoles, 7 de enero de 2009

Tras los pasos del lince ibérico

Tras la Nochevieja, el día de Año Nuevo, nos dispusimos a intentar hacer una buena entrada de año avistando al felino mas amenazado del mundo; el lince ibérico.
Para ello nos dirigimos hacia uno de sus últimos reductos en Sierra Morena, con la intención de estar en el monte de sol a sol para no perder ninguna opción. Aunque íbamos sobre aviso, siempre resulta chocante estar viendo el monte a través de vallas cinegéticas de varios metros de altura, pero bueno, quizás debemos a estas mismas vallas la supervivencia de este precioso animal.
Los primeros días pasaron rápido, sin ni si quiera oírse los típicos maullidos de la época de celo. Pero durante los desplazamientos o una vez apostados en la espera, siempre había algún ciervo, gamo o los mas esquivos muflones que hacían las delicias de los que los observábamos, e incluso en alguna ocasión pudimos grabarles de una manera testimonial.


Ciervo (Cervus elaphus)



Gamo (Dama dama)

Muflon (Ovis musimon)


Pasaban los día y nos íbamos quedando sin tiempo material, apariciones de fugaces aguilas imperiables nos acompañaban y el ultimo día, en un último intento, prestamos mas atención si cabe al monte mediterráneo que se extendía bajo nuestras improvisadas atalayas, pero tras las primeras horas la moral estaba baja, no había ni un atisbo de lince.
Suena un móvil, momento de tensión, tras unos segundos interminables, la confirmación, han visto un lince unos metros mas abajo. Tras las lógicas carreras que se sucedieron, nos tranquilizan, el bicho se ha visto fugazmente y ha desaparecido tras una loma. Solo lo han visto unos pocos y durante unos segundos y ya no se le volvería a ver mas. Al menos no nosotros, ya que por teléfono nos indican su posición, oculta ya a nuestros telescopios.
Maldita suerte que nos vuelve a ser esquiva, pero al menos el grupo no se ira en blanco, algunos han tenido suerte. Al parecer también había habido movimiento en otra zona ya que se acaban de cruzar en una zona mas alejada con una hembra y sus dos crías de 10 meses. La tarde no pinta mal, quizás halla suerte.
Al atardecer suena otra vez el móvil, esta vez no esperamos a la confirmación y salimos corriendo, estamos seguros de que es un lince. Se trata de una hembra y su cría, a mucha distancia y para cuando llegamos ya ocultos tras una loma. Los que los habían detectado nos informan a los rezagados de la zona en la que los han perdido. Un servidor, otea por el telescopio la zona una y otra vez, mientras oye resonar algún maullido lejano, tras un segundo de dubitación informa a los compañeros, ahí esta, ha vuelto a salir. Creedme si os digo que no acertaba a enfocar a la hembra de la tensión del momento, eran ya muchas horas en el monte esperando ese avistamiento. Observo a la hembra durante unos 15 segundos quizás, y se vuelve a perder. Me levanto y suspiro aliviado, lo he conseguido, he visto un lince ibérico en libertad. Me giro y veo a los compañeros con la misma cara de satisfacción, todos lo hemos podido ver. Pero ahí no acabaría la tarde...
En ese momento se escuchan unos maullidos que rasgan el aire. Los entendidos hablan casi susurrando, es un macho, es un macho y lo tenemos entre las rocas. Unos cuantos telescopios se prestan a la búsqueda roca por roca, hasta que lo localizan, y tras localizarlo se pierde y surge constantemente entre el paisaje de moles graníticas. Creemos haberlo perdido completamente, cuando alguien dice, esta en el camino. Imposible... Miramos y ni rastro. Por si acaso dejo la cámara enfocando hacia el camino, para entonces ya había recordado tras la emoción inicial que podría haberlo grabado.
Me incorporo y miro hacia el camino y no doy crédito a lo que veo, un punto en la lejanía en mitad del camino. Rapidamente aviso a los compañeros mientras enfoco la cámara hacia el lugar donde había visto el movimiento.
Enfoco la cámara con dificultad, y ete aquí que aparece un magnifico ejemplar de lince ibérico, por la complexión, la manera de moverse y los maullidos que habiamos escuchado con anterioridad, un esplendido macho. No solo he visto un lince ibérico en libertad, sino que he visto dos en el lapso de media hora y encima a uno le estoy grabando bajando por medio de un camino. No podía creerlo, pero el esfuerzo había valido la pena.
Espero que disfrutéis tanto como yo de los mejores momentos de este avistamiento.


Lince ibérico (Lynx pardinus)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto te envidioo,ojalá algún día logre yo eso que has conseguido tuu

Mel dijo...

Genial!!!
Qué suerte tuviste!!