sábado, 21 de junio de 2008

El resurgimiento del oso pardo

GUSTAVO CATALÁN DEUS (Enviado especial)

SOMIEDO (ASTURIAS).- Acercar el ojo al periscopio, enfocar el cristalino y descubrir, allá a lo lejos, dos osos moviéndose incansables y libres al no sentirse observados, es muy emocionante; una de las sensaciones más inolvidables que pueden existir. Puedes estar horas viéndoles cuando ocurre por primera vez.

"Son dos osos de 15 meses a los que su madre les acaba de expulsar a la vida", dice en susurros uno de los guardas de la patrulla oso, que ha instalado el periscopio y los ha puesto en el centro del ocular. "Los llevamos viendo hace unos días por la misma zona y se pasan el día comiendo y jugando. Y así estarán otro par de años hasta que se conviertan en osos solitarios adultos", añade Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo.

Son de tonos marrones claros. Ya pesan unos 50 kilos. Se mueven con celeridad. Pastan los brotes de hierba de esta prolífica primavera. Suben y bajan por el canchal. Se separan y al poco se juntan y chocan las manos puestos en pie. ¡Entrañable!

Como estamos a un par de kilómetros, decidimos acercarnos para verlos mejor. Todo es cuesta arriba. Atravesamos varios bosquetes, uno de ellos de piornos. Ladeamos una turbera donde acude a beber un corzo que no nos detecta. Avanzamos en silencio y al remontar una loma nos acurrucamos. De nuevo se colocan los periscopios. Allí están los ositos con la misma actividad, pero a sólo 800 metros. En silencio, permanecemos más de una hora hasta que la niebla acaba con la estampa de los oseznos, de los que no se sabe cúal es su madre ni su sexo.

"Va todo a mejor", responde categóricamente Guillermo Palomero cuando se le pregunta por el oso pardo de la cordillera Cantábrica. Un cuarto de siglo después de que un puñado de personas empezaran a reclamar la conservación del oso pardo en España, su trabajo empieza a verse recompensado. Este año, a falta de las últimas observaciones, ya se puede afirmar que han nacido más crías que el año precedente, cuando se observaron 33 oseznos. El aumento de la población del oso pardo viene siendo ininterrumpido desde 1996, cuando se detectaron sólo seis nacimientos.

Para apoyar los datos del éxito reproductivo baste decir que en la última década las hembras reproductoras se han duplicado. En el año 93 había tan sólo tres y en 2006 se contaron nada menos que 18 ejemplares.

Ya no son sólo los nacimientos, sino la salud de la población, que en estos momentos cuenta con unos efectivos que pueden superar los 130 ejemplares. Lo malo es que no todos están juntos, sino que 105 de ellos están en la zona occidental osera (Asturias, León y Lugo) y otros 25 en la oriental (Asturias, León, Cantabria y Palencia). Por medio discurren varias autopistas y carreteras que les impiden juntarse, aparearse y así dar mayor variabilidad genética a la especie.
Pero, incluso para esto hay ya planes sobre la mesa. Para empezar, las vías del tren de alta velocidad irán en los tramos sensibles en túneles, como necesariamente por la orografía iba a ser necesario. Pero también se pueden construir pasos específicos para los osos sobre algunas de las infraestructuras ya existentes. Guillermo Palomero ya tiene el proyecto y se encuentra sobre la mesa de la Comisión Europea para que se apruebe su financiación a cargo de los Fondos LIFE.

Sin embargo, no se pueden echar las campanas al vuelo. Las amenazas de los furtivos permanecen. Cada semana se localizan lazos destinados a capturar jabalíes, pero donde tantas veces han muerto osos. Una sola patrulla de la Fundación Oso Pardo, la del Alto Sil, cuenta en su haber con 120 denuncias administrativas y otras 12 ante la Fiscalía.

Si hay un lugar en España donde queda clara la relación entre la conservación de la naturaleza y el desarrollo económico, ese es Somiedo. El día 12 se cumplen 20 años desde la declaración del Parque Natural. Entonces, los 39 pueblos de Somiedo estaban en la última plaza del PIB de Asturias; hoy ocupan la mitad de la lista. Se han abierto 1.600 plazas hoteleras y ya nadie piensa en emigrar. "El oso y la biodiversidad nos han traido riqueza. No tenemos ningún problema en convivir con los osos", concluye el alcalde, Belarmino Fernández.

Infanticidio de oseznos

Ojalá los nacimientos de osos se correspondieran con los que luego logran vivir. Pero es muy elevada la mortalidad infantil entre los osos. A las muertes naturales se añaden los accidentes a causa del hombre y la acción de los furtivos. A ello se suman los infanticidios, de los que existen vídeos que próximamente aparecerán en un libro de la Fundación Oso Pardo.

Como ocurre entre los grandes carnívoros, los machos matan las crías que no son de su estirpe para provocar que la hembra entre en celo y así expandir sus propios genes. Pero las hembras han elaborado su propia estrategia para impedir los infanticicios: una vez que entra en celo, suelen aparearse con todos los machos posibles las dos semanas siguientes. Con ello crean dudas a los machos sobre el origen de las crías. Las osas pueden tener descendencia en la misma camada de varios machos.

Cada vez son más los nacimientos triples. En 2006 hubo ocho partor triples. Ello indica que las hembras no sólo son adultas y experimentadas madres, sino que hay alimento. En poblaciones donde hay mucho salmón, como en Rusia o Canadá, pueden parir hasta cuatro. ¿Cuándo se recuperará el salmón en España?

Os dejo el enlace donde podreís ver el video del que se habla en la noticia:

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/06/13/ciencia/1213369869.html

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